
Como lo decíamos, este tipo de alitas se elaboran con
una salsa hecha con vinagre, pimienta roja y mantequilla. De hecho, se puede
decir que existen distintas variedades de este platillo dependiendo de las
características de su salsa. Por lo tanto, existen las alitas nivel bajo, medio
y alto dependiendo del picor de la salsa con la que están bañadas. Dependiendo
del lugar, las alitas se pueden servir con la salsa aparte o, por el contrario,
bañadas en esta.
Comer unas buenas alitas de Buffalo está al alcance de
todos gracias a que actualmente hay miles de webs de recetas, se pueden conseguir todos los
ingredientes, e incluso, los originales o usados en Estados Unidos aquí en
España. De todos modos, siempre tenemos la opción de acudir a restaurantes
especializados, donde los cocineros son americanos, o incluso más fácil, pedir
nuestras alitas con una empresa de comida a
domicilio como resto-in.
Asimismo, al estar en otra cultura, estos restaurantes
en ocasiones, varían las recetas para que sean más acordes con nuestros gustos,
y sirven las alitas con apio cortado y una salsa de queso azul. Aunque menos
frecuente, algunos establecimientos elaboran las alitas con la denominada salsa
ranchera, la cual se elabora con mantequilla, crema ácida, mayonesa, ajo,
cebolla y otros condimentos.